jueves, 1 de diciembre de 2016

El monumento a Javier López de la Puerta.



Hace unos días asistí a unas jornadas empresariales en la sede sevillana de la Fundación San Telmo. Paseando por sus jardines pude ver el monumento que dicha fundación a dedicado a Javier López de la Puerta, el fundador, entre otras muchas cosas, de la fundación antes mencionada.

El fundador del Instituto Internacional San Telmo y de Asaga estaba casado con Francisca Fernández Repiso y era padre de nueve hijos. Desarrolló una gran actividad en muchas disciplinas: licenciado en Derecho, empresario agrario, alcalde de Osuna en los años 60; fundador y primer presidente de la Asociación de Agricultores y Ganaderos (Asaga) de Sevilla, cuando en 1977 se legalizaron las organizaciones empresariales y sindicales; fundador junto a Gerarda de Orleans y Borbón en 1982 del Instituto Internacional San Telmo, la más importante escuela de negocios de Andalucía; miembro del Comité Económico y Social de la Comunidad Europea, en donde presidió la comisión de Agricultura, tras la adhesión española en 1986; inspirador y socio de diversas empresas de promoción industrial o de servicios.


López de la Puerta nació el 22 de mayo de 1933 en una familia de agricultores de Osuna. Estudió Derecho y de empresario agrario al frente de explotaciones de olivar, cereal, remolacha y algodón, de secano y regadío. Entre otros negocios, también gestionó una fábrica de harina de la familia de su mujer. Y, tras dejar la presidencia de Asaga en 1982, fundó una compañía de servicios en su pueblo, Seisa, y una empresa de promoción industrial, Proinsa, que actuaba en toda Andalucía y de la que fue consejero delegado. Esta empresa emprendió actividades tan diversas como fabricar de elementos de ascensores, máquinas de deshueso y relleno de aceitunas o la promoción inmobiliaria. 

En los años 60, con 28 años, fue alcalde de Osuna. En esa época hizo un gran número de viviendas sociales en los barrios de La Rehoya y Fátima. En la transición de la dictadura a la democracia, se comprometió con UCD en el momento más delicado del partido fundado por Adolfo Suárez, las elecciones de octubre de 1982, en las que ganó por mayoría absoluta el PSOE de Felipe González. Fue candidato al Congreso como independiente, pero no salió elegido. A partir de entonces, se dedicó en cuerpo y alma al Instituto San Telmo y sacó adelante un proyecto sobre el que pesaban entonces serias dudas. 

Las primeras elecciones a presidente de Asaga de Sevilla, en abril de 1977, fueron muy disputadas: las ganó Javier López de la Puerta por escaso margen a José Manuel Tassara, que después sería diputado en el Congreso por la UCD. La organización cobró una importancia extraordinaria en un breve plazo de tiempo. Un grupo de jóvenes, como José Loring, Miguel Afán o Ángel Martín, capitaneados por López de la Puerta, empezaron a ofrecer servicios profesionales a los asociados, pero también se convirtieron en una referencia social: por ejemplo, sus datos estadísticos eran la fuente más fiable que utilizábamos los periodistas que hacíamos información agraria en aquella época. A López de la Puerta le preocupaban entonces dos cosas esencialmente: la negociación de los convenios y la regulación de los mercados. A pocos años de la entrada en la Comunidad Europea, el grupo de técnicos empezó a familiarizarse con las OCM comunitarias. Con José Bohórquez, que había sido presidente nacional de la unión de empresarios de la antigua Hermandad de Labradores y Ganaderos, Javier López de la Puerta organizó e implantó Asaga en toda Andalucía. La federación regional, Fasaga, pasó a ser presidida por Bohórquez, y se integró en la Confederación Nacional de Agricultores y Ganaderos (CNAG). 

Tras poner en marcha Asaga, emprendió la tarea de crear una escuela de negocios en Andalucía, para dar formación y perfeccionamiento a empresarios y directivos. Se dio la circunstancia de que Gerarda de Orleáns y Borbón tenía por su cuenta el mismo proyecto y había estado en Harvard, en donde le sugirieron que utilizara de referencia el IESE, la business school de la Universidad de Navarra, en donde le confeccionaron un plan estratégico para el proyecto andaluz. Gerarda de Orleáns y Javier López de la Puerta se conocieron el 27 de noviembre de 1981, en la que se conoce como fecha fundacional de San Telmo. Se contaron sus planes respectivos y convinieron fusionarlos en una sola iniciativa. Se creó una fundación para tutelar el proyecto, presidida por Gerarda de Orleáns y el Instituto Internacional San Telmo, presidido por Javier López. La puesta en marcha quedó hipotecada por su compromiso adquirido para ir en las listas de la UCD en las elecciones de octubre del 82. Tras las elecciones sólo había un alumno inscrito para el curso que debía debutar en noviembre y había cundido el desánimo en la organización. Javier aseguró que un mes después empezaría el curso de alta dirección para empresarios y directivos y movilizó toda su influencia y contactos con la plana mayor de las empresas sevillanas. Lo consiguió y dirigió los tres primeros cursos. Después entró como director Antonio García de Castro. Hoy día, 27 años después, por las aulas de San Telmo, en las sedes de Sevilla, Málaga, Almería, Extremadura y Madrid han pasado 5.500 empresarios y directivos.

La vida de Javier López de la Puerta ha sido un ejemplo de tenacidad y audacia. Su constancia y su rigor no casan con el estereotipo andaluz. De hecho, sus iniciativas han ido en la dirección contraria: la formación, la innovación y la organización de la empresa privada y los empresarios. La modernización de Andalucía desde el año 75 hasta ahora no se entendería sin los proyectos puestos en marcha  por Javier López. Un hombre brillante y discreto al mismo tiempo, a quien le gustaba el segundo plano.

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